jueves, 21 de agosto de 2008

Porque amamos a nuestra Mascota

El estar encariñado con una mascota es normal. Muchas personas tenemos una inclinación especial hacia un ser vivo. Los perros son seres maravillosos que aceptan y reflejan nuestro cariño hacia ellos de una manera incondicional.
Las personas pueden tener una "conexión" muy sólida y poderosa con animales, especialmente los perros. Cuando el perro entra en nuestro espacio se convierte en un miembro más de nuestra familia, un ser elemental en la casa.
Los perros en particular son seres dóciles que aceptan el entrenamiento de acuerdo a las condiciones que los humanos ofrecemos. De alguna manera podemos decir que el perro es "inocente" y se rinde a nuestra voluntad. Esa entrega incondicional para las personas que les ofrecemos cariño evidentemente será devuelta en un cariño y lealtad inimaginable. Es un compañero, amigo, complice, tolerará nuestro enojo y compartirá nuestras alegrías. Aún después de un fuerte regaño o una reprimenda volverá como si nunca hubiera pasado nada, pero lo recordará para no volver a molestarnos.
Cada uno tiene un carácter distinto, aún siendo de la misma raza o haber llegado a casa recibiendo la misma atención y educación que otro perro. Cada uno tiene un corazón especial. Son ángeles que iluminan nuestra vida. Yo aún llego a casa esperando recibir esa "droga" maravillosa que babies me regalaba con su alegría, queriéndome tirar para lengüetearme la nariz o apoyar sus patas en mi pecho y me hacía olvidarme momentáneamente del mundo para decirme "te quiero y no hay poder humano que cambie eso".
¿Cómo no podríamos amarlos?

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